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La hipertensión ocular se produce cuando la presión de dentro del ojo es superior al rango normal, es decir, está por encima de 20 mm Hg. Puede ser por la edad pero también puede deberse a otros factores.

 

 ¿Puede prevenirse?

La hipertensión ocular no puede prevenirse pero sí puede llevarse un control con revisiones periódicas con el especialista en Oftalmología, sobre todo aquellos pacientes que tengan algún factor de riesgo (diabetes, congénito o hereditario).

 

Además, la hipertensión ocular podrá reducirse con tratamientos, para así evitar el daño en el nervio óptico y en consecuencia, la pérdida de visión irreversible como resultado del glaucoma.

 

¿Cómo podemos identificar la hipertensión ocular? ¿Tiene síntomas?

Si la presión intraocular incrementa por lo regular pasa desapercibida por los pacientes, ya que no se tiene ningún síntoma (excepto con los ataques de glaucoma agudo, que a diferencia del normal, provocan un intenso dolor).

 

 

La única manera de detectarla es haciendo una revisión oftalmológica completa, donde se medirá el valor de la presión intraocular con una tonometría.

 

Pero son cosas distintas: hablamos de hipertensión ocular cuando la presión intraocular es alta pero el nervio óptico no está dañado, mientras que en el glaucoma sí lo está (y la presión intraocular puede ser normal o alta).

El hecho de que el nervio está dañado puede provocar que el paciente note una pérdida en el campo visual y de la visión central, incluso, en casos avanzados.

 

¿Por qué se produce?

La hipertensión ocular se produce debido al mal funcionamiento del sistema de drenaje del humor acuoso, que es el que nutre y baña las estructuras del ojo.

Si este humor acuoso no fluye correctamente se rompe el equilibrio entre el líquido del interior del ojo y el que sale de él, lo que hace que aumente la presión intraocular en un proceso normalmente gradual, aunque también puede ser repentino.

 

¿Existen personas más propensas?

Cualquier persona puede sufrir hipertensión ocular pero hay algunas más propensas a sufrirla y por lo tanto, también a desarrollar glaucoma:

  • Personas con antecedentes familiares de glaucoma o de hipertensión ocular.
  • Pacientes con diabetes.
  • Mayores de 60 años.
  • Personas que sufran miopía o hipermetropía.
  • Pacientes que tengan algún traumatismo o enfermedad ocular.
  • Personas de raza asiática o negra.
  • Pacientes que tengan un ángulo ocular estrecho.

Si quieres descartar esta enfermedad, agenda una cita con nuestros especialistas.

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